La Puerta de Brandeburgo: el símbolo de la libertad berlinesa por excelencia

Ningún lugar ha representado un papel tan importante en la agitada historia de Berlín como la Brandenburger Tor (la Puerta de Brandeburgo). Aquí es donde sucedió todo. La entrada triunfal de Napoleón, los desfiles nazis y los crudos discursos de Hitler, tierra de nadie durante la Guerra Fría, la visita de JFK, el discurso de Ronald Reagan y las espontáneas celebraciones en la calle tras la caída del Muro. Sumérjase en la agitada historia de Berlín a través de la única puerta que queda en pie.

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30 años en la Kill Zone

Aunque en la actualidad la Puerta de Brandeburgo se ha convertido en el símbolo de la libertad y la reunificación alemana, hubo una época en la que representaba la división de Berlín. En la década de los 50, aproximadamente 2 millones y medio de alemanes del este huyeron de la RDA. Para poner fin a las “prácticas occidentales de robar gente”, Walter Ulbricht, líder del partido, decidió encerrar a los alemanes del este. La construcción del Muro comenzó en la Puerta de Brandeburgo, que tras la Segunda Guerra Mundial se encontraba en la zona soviética. En la parte occidental de la Puerta la frontera se cerró por completo con hormigón armado. A unos cuantos metros de distancia, en la parte oriental de la Puerta, se construyó otro muro con inaccesible alambrado. De repente, la puerta de la ciudad del siglo XVII ya no se encontraba en el corazón de una animada ciudad sino en tierra de nadie llena de torres de vigilancia, proyectores, instalaciones de alarmas y Volkspolizisten fuertemente armados. El resto de edificios de la “kill zone” se derribaron repentinamente, pero la Puerta de Brandeburgo era demasiado monumental, incluso para la cúpula de la RDA. Después de casi 40 años, el Muro de Berlín se derribó, y multitud de alemanes del Este y del Oeste se reunieron para celebrarlo. Actualmente, una línea roja indica por dónde pasaba el Muro.

Irene, el centro de la batalla

La cuadriga que corona la Puerta de Brandeburgo también tiene historia. La escultura de bronce representa un carro con Irene, la diosa griega de la paz, que conduce los cuatro caballos con un bastón prusiano y un águila en la mano. Tras la ocupación francesa de Berlín, Napoleón trasladó la escultura a París como botín de guerra. Tras la Batalla de Waterloo, los alemanes devolvieron triunfalmente la escultura a Berlín. Durante la Segunda Guerra Mundial, las tropas aliadas tuvieron muchos problemas en evitar que la bandera rusa fuese izada, haciendo añicos a Irene. Sin embargo, tras otra sublevación y tras una profunda restauración, el carro recuperó su gloria de color bronce y verde.

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