Navegando en el Star Ferry

Gastronómicas

Los habitantes de Hong Kong adoran la comida. Los 11.000 restaurantes de la metrópoli están abiertos a cualquier hora del día. Esta ciudad también es la meca para disfrutar de todo tipo de tentempiés, desde los pasteles de nata portugueses hasta los rollitos de cebollino chinos y los sorbetes de durián, con un fuerte olor.

Compras

En Hong Kong resulta muy fácil encontrar lo último en portátiles y perfumes, pero gracias a la amplia variedad de tiendas también es posible comprar los souvenirs más originales. ¿Está buscando un vestido de fiesta chino o un biombo antiguo? ¡No hay problema! Resulta imposible no caer rendido a los pies de los hermosos artículos locales. Pero esté atento, comprar a este nivel ha convertido a los habitantes de Hong Kong en adictos a las compras.

Gastronómicas

China es la cuna del té. Y, como es natural, esta sofisticada bebida es un fenómeno de masas en Hong Kong. El té se sirve en prácticamente cualquier ocasión: con un desayuno compuesto por tentempiés al vapor, durante una reunión de negocios o en una cena elegante. Las teterías son la quintaesencia en la que se dan cita una amplia variedad de tés, celebraciones y personas.

Compras

Las compras son, junto con comer, otro de los deportes olímpicos de Hong Kong. Resulta complicado elegir entre más de 100 centros comerciales. La metrópoli parece un laberinto de edenes de compras, bulliciosos paseos y tiendas de artesanía. Afortunadamente, cada barrio tiene sus propios productos y precios. Con un poco de información, sabrá dónde ir exactamente.

Gastronómicas

Los verá en las cartas con todo tipo de formas y sabores, y se sirven en canastillas al vapor o como acompañamiento: son los deliciosos dim sum. Originalmente, estos bollitos al vapor eran ideales para desayunar, pero actualmente también se sirven para comer. Como cada restaurante completa su carta con sus propias creaciones, ahora existen más de 2.000 variedades de dim sum.

Arte y cultura

En Hong Kong se erigen rascacielos relucientes y centros comerciales imponentes. Resulta difícil imaginar que, hace 150 años, esta metrópoli no fuese más que un pueblo pesquero. Los pescadores vivían allí en unos palafitos, que se mantenían sobre el agua gracias a unos pilares, y pescaban para alimentar a sus familias. Actualmente es posible ver aquel modo de vida en el pueblo pesquero Tai O.

Compras

En los mercadillos callejeros de Hong Kong hay las mismas posibilidades de toparse con pajarillos cantarines y peces de colores como con relojes antiguos y trajes chinos. Estos mercadillos son asombrosos y rebosan vida, contrastando así con los centros comerciales, que a menudo están abarrotados. Y en Hong Kong es posible encontrar un mercadillo en cualquier momento del día… O de la noche.

Diversión familiar

Si sólo tiene tiempo para visitar uno de los atractivos de Hong Kong, vaya al Pico. Y si dispone de mucho tiempo, visítela también. Siete millones de personas suben al año a la cima de esta montaña. Las vistas desde aquí son impresionantes. Allí hay también un enorme centro comercial que hará las delicias de cualquier adicto a las compras.

Diversión familiar

Decir que el Ocean Park es solo un parque de atracciones no sería justo. Inaugurado en 1977, el parque de atracciones más antiguo de Hong Kong ofrece mucho más que simples atracciones y montañas rusas. El Ocean Park cuenta con un zoo, un acuario marino, un parque de atracciones y un centro de investigación. El bienestar de los animales es una de las principales prioridades del parque, y sus distintos laboratorios llevan a cabo una importante labor investigadora.

Arte y cultura

Hong Kong es una ciudad fascinante con una historia muy interesante. Hubo un tiempo en el que la ‘Nueva York de Asia’ fue un humilde pueblo de pescadores. Con el tiempo, pasó a ser un estratégico puerto militar, y siguió creciendo hasta convertirse en el bullicioso Hong Kong de hoy: uno de los mayores centros financieros del mundo.

Arte y cultura

En medio del ajetreado distrito financiero de Hong Kong se encuentra un remanso de paz: el templo Man Mo. Esta construcción se dedica a dos dioses muy diferentes: Man Cheong (dios de las letras) y Mo (dios de la guerra). El templo lo levantaron alrededor de 1847 adinerados comerciantes chinos al principio de la etapa colonial de Hong Kong.