De zoo a parque educativo
En 1952 se fundó el zoo en un hermoso emplazamiento, a orillas del Lago Victoria. Los colonos británicos abrieron el zoo para cobijar a animales enfermos, huérfanos o que habían sido rescatados de las manos de traficantes y cazadores furtivos. A día de hoy, sigue conservando esta función. En la década de los 60, el zoo adquirió y exhibió a especies no autóctonas, como osos y tigres, pero en el transcurso de los años el número de visitantes fue cayendo, y el zoo se desatendió. Las cosas empezaron a cambiar cuando el zoo de Entebbe, bajo la dirección de la New York Zoological Society, se transformó en el Uganda Wildlife Education Centre (UWEC), una mezcla gloriosa entre un zoo tradicional y un parque safari, con la atención puesta en la educación. Una red de caminos y senderos llevará a los visitantes por las más de 30 hectáreas del centro, desde donde observarán a los animales y se adentrarán en el bosque. Asimismo, en el camino aprenderán a distinguir los árboles, plantas, flores y hierbas y sus efectos medicinales. El UWEC es una preparación educativa ideal para un safari en una de las reservas naturales de Uganda.
Una noche en el zoo
Son muy pocos los zoos que permiten a los visitantes pasar la noche en ellos, y el de Entebbe pertenece sin duda a esta categoría. Ofrece apartamentos y literas baratas en habitaciones, aunque lo más divertido es alojarse en una “banda”, una auténtica cabaña redonda de piedra africana, con un techo puntiagudo de paja. Esta forma de alojamiento, básica pero muy correcta, está acondicionada con camas y mosquiteras, un baño y una cocina pequeños, todo esto por 25 euros por noche. Las cabañas se encuentran en el zoo, entre animales que pastan tranquilamente. A orillas del lago se puede disfrutar de una cena en un sencillo restaurante. El zoo también es el punto de partida perfecto para descubrir a los chimpancés de la isla de Ngamba; el barco sale justo enfrente del zoo.